- ¡Manos p´árriba!
- Que pasó?
- ¡Manos p´arriba, péguense a la pared! ¡Documentos!
- Aquí están, pero que pasa, señor policía?
- De quien es aquel carro?
- Que carro?
- Aquel que está parao en la esquina.
- No sabemos.
- Como no sabem? No es de ustedes? Ustedes no estaban en la esquina?
- Si, pero ni lo habíamos visto.
- Dónde tu vives?
- En la Vuelta Del Diablo...
- Nunca te vi por aqui. Tu vives aquí mismo?
- Si.
- Y tu? Vives aquí también?
- Si.
- Bueno, súbanse los tres al carro ahora.
- Pero por qué?
- Coño, súbanse. ¡Los estoy mandando!
- Pero por qué?
- ¡Que te subas,chico!
(Os policiais continuam apontando suas armas enquanto todos entram no camburão. Seis quadras depois, na delegacia, o comandante fala com eles)
- O sea, que ninguno de ustedes es el dueño del carro?
- No, señor, nosotros no tenemos carro.
- Y que hacían paraos en la esquina de la plaza?
- Hablando...
- Y qué, no trabajan?
- Somos estudiantes.
- Ah, OK, estudiantes.
- Y por qué nos trajeron?
- Es que un tipo amenazó de muerte a un señor y estaba vestio como ustedes, con una camisa azul, una gorra como la tuya y un blue jeans.
- Pero no somos nosotros, señor.
- Bueno, es que ustedes eran sospechosos. Y además, estaban paraos cerca del carro.
(entram vários policiais com um homem algemado)
- Lo cogimos, comandante. Lo encontramos cerca de la plaza.
- Bueno, muchachos, ahora que probamos que ustedes no amenazaron a nadie, pueden irse. Compórtense bien, OK? Y no se pongan así. Ustedes saben que ese es el trabajo de la policía. Váyanse tranquilos.
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